Las mujeres colombianas están sufriendo la pobreza, tanto que durante el periodo les toca utilizar trapos, ropa vieja, papel higiénico y hasta servilletas
La pobreza y los sobrecostos en todos los productos han hecho que los colombianos suplanten o reemplacen algunos artículos de primera necesidad, ingeniandose de la mejor manera para suplantarlos.
Este es el caso de lo que le está sucediendo a las mujeres colombianas con su higiene menstrual, en donde podemos encontrar en el país a 600.000 mujeres teniendo muchas dificultades económicas para poder comprar productos para atender de la mejor manera su menstruación.
En una encuesta realizada por el DANE entre mayo del 2021 y mayo del 2022, en la que participaron 45.800 mujeres del país expresaron que viven el periodo en medio de la pobreza y las dificultades económicas para adquirir productos higiénicos que les puedan menstruar con dignidad.
La OMS, indica que la falta de higiene menstrual puede generar infecciones en el tracto uterino y enfermedades que pueden comprometer los órganos reproductivos.
En Colombia comprar toallas higiénicas, tampones o copas menstruales se convirtió en un privilegio y un lujo, que solo las personas adineradas se pueden dar, esta problemática se viene presentando desde hace años, pero ha venido en aumento cada año.
Cabe recordar el caso de una acción de tutela que interpuso Cecilia Duran Cuy, una habitante de calle a la Secretaría de Salud de Bogotá, en donde cuestionaba de la forma tan indignante en las que se veía sometida cada mes cuando le llega el periodo. Cecilia Duran expresó que le tocaba utilizar trapos viejos y toallas higiénicas que encontraba en la basura para así poder atender su menstruación.
Ante esta tutela la Corte Constitucional, en el año 2019 emitió una sentencia en la que calificó lo vivido por Cecilia Duran, como una violación a la dignidad humana y los derechos fundamentales a la salud.
Esta sentencia marcó un precedente sobre la fácil adquisición de productos para la menstruación como un derecho fundamental, pero ya han pasado más de tres años en los que se esperaba un avance en el tema, pero lastimosamente cada años son más y más mujeres que sufren de la pobreza menstrual.